En Boyacá Según datos recolectados por la secretaria de cultura del 2018 que
un 69% de los procesos de formación en danza son desarrollados por las administraciones municipales, así mismo encontramos que, los proyectos rurales de formación en danza generalmente se desarrollan en las Casas de la Culturas o en las I.E, en algunos casos las administraciones municipales suministran el transporte de la población hacia el casco urbano donde se ubica el salón de danza de la Casa de la Cultura.
Hay evidencia de proyectos apoyados por el Ministerio de Cultura y el Programa de Concertación, por lo que algunas de las administraciones municipales determinan dar continuidad y fortalecimiento al proceso de danza. Sin embargo, también existen academias independientes que gestionan algunos incentivos económicos con la administración municipal.
Dentro de los municipios que han invertido en los procesos de arte, sobre todo dándole mayor importancia al desarrollo de la danza, soporte a sus participantes para el desarrollo, traslado de los mismos a nivel departamental y que han implementado sus proyectos de danza en las casas culturales han sido: Boavita, Buenavista, Chinavita, Chiscas, Chivatá, Cucaita, La Uvita, Maripí, Monguí, Motavita, Muzo, Oicatá, Paipa, Ráquira, Saboyá, Sáchica, Samacá, San Luis de Gaceno, San Miguel de Sema, Tenza, Tuta, entre otros.
Esto nos muestra la relevancia del movimiento dancístico en Boyacá, pero a la vez nos muestra un panorama en el que no se contemplan espacios de retroalimentación de saberes o espacios de encuentros académicos y críticos frente a la danza, sus formas y costumbres
Justificación:
Encontramos que las danzas tradicionales son construidas desde una estilización de los cuerpos rurales, populares y campesinos que datan del siglo XIX, sus ritmos, cadencias, formas y coreografías son una representación del encuentro colonial de los habitantes de nuestros territorios con los conquistadores españoles, de ahí se crea un sincretismo cultural con una preponderancia del blanqueamiento o europeización estética de las danzas que por aquel entonces eran prohibidas por ser mestizas o indígenas, consideradas estas como danzas paganas, y herejes. como artistas escénicos entendemos el quehacer de la escena como un trabajo profundo de la relación del cuerpo, la interpretación-encarnación que atraviesa nuestras emociones, sensaciones y referentes propios, nutriendo la construcción de personajes imaginarios o reales y las premisas en la que el cuerpo alimenta y le da forma consistente a la creación, entendemos esta relación íntima con la creación como un camino del devenir conceptual y poético necesarios para el resultado escénico, cuando nos hemos encontrado de frente con las danzas tradicionales y folclóricas nos formulamos preguntas acerca de la creación de estas: ¿Existe un camino creativo propio de cada cuerpo de los danzantes? ¿Cómo se puede nutrir la creación de las danzas tradicionales para diferenciarlas de la repetición y la reproducción exacta? ¿cómo hacer encarnar la danza en un nivel más íntimo de la interpretación? ¿Se puede transformar el estereotipo y estructura clásica del bailarín o bailarina de las danzas folclóricas? ¿Cuáles serán las tradiciones danzarías que hablen del folclore de este siglo desde las problemáticas, contenidos y discursos de la ruralidad de hoy que quiere ser bailadas o representadas por los grupos de danza? Queremos resolver estas inquietudes con una propuesta de encuentro del cuerpo con las herramientas escénicas que permite el dialogo desde conceptos críticos para crear nuevas formas y encuentros con el folclore y la tradición misma., Este proyecto pretende compartir un espacio-laboratorio nómada para los grupos municipales de danzas tradicionales y folclóricas juveniles y adultos, de 5 municipios del oriente de Boyacá (Guateque, Somondoco, Guayatá, Chivor y Santa María) que busca fortalecer y sensibilizar el cuerpo del actuante-danzante, las posibilidades expresivas e interpretativas desde el cuerpo individual hacia un cuerpo colectivo, a su vez, buscamos crear una mirada crítica de las danzas tradicionales que generen diálogos corporales transformadores para crear nuevas formas de abordar las danzas. Este laboratorio estará a cargo de Gabriel González (Actor, Director, Pedagogo e Investigador teatral con 17 años de experiencia en la escena nacional) y Carolina Bejarano – Karo Colibrí (Artista Visual con Énfasis en Audiovisuales y coreógrafa y bailarina de danza contemporánea, afrocontemporanea y Danza Teatro y Videodanza con 13 años de experiencia en la escena Nacional e Internacional). Este laboratorio se desarrollará en una semana por municipio con una muestra final de resultados del mismo, para un total de 40 días de laboratorio itinerante por el Valle de Tenza, Se espera que el Laboratorio genere resonancia en los participantes y espectadores de los resultados para poder generar continuidad en los procesos de laboratorio, y apropiación e interés por los diálogos de nuevas formas de interpretar y encarnar el folclor y la tradición de nuestros territorios.
Aún hay tradiciones que están por nacer. <>, La experiencia docente del proponente es un valor agregado al proyecto ya que le da credibilidad al proceso formativo, se reconoce como laboratorio y propone 5 etapas que propician esa creación y aprendizaje colectivo.